Renunciamos a los embalajes en
todos los casos, sea en el supermercado, al comprar una nueva televisión, como
particular o como empresa. Gran parte de estos embalajes son de papel y
plástico. El plástico resulta muy perjudicial para el medio ambiente ya que su
descomposición es muy lenta y puede durar hasta 400 años. Aproximadamente el
35% del consumo mundial de plástico tiene su origen en los embalajes y hasta
ahora solo se ha reciclado aproximadamente un 10% de todos los residuos de
plástico del mundo. La mayor parte queda en el medio ambiente o en vertederos.
Se trata de una valiosa materia prima que puede aprovecharse para fabricar
muchos productos nuevos si es sometido a la preparación correcta. La empresa
familiar en su tercera generación Kras Recycling tiene su sede principal en
Volendam, a unos 20 kilómetros de Ámsterdam y se ha especializado en la
recuperación y el posterior procesamiento de diferentes sustancias residuales.
Lo que en 1951 comenzó como una empresa pequeña, es en la actualidad un grupo
de empresas mundial con delegaciones en los Países Bajos, Bélgica y Hong Kong
que genera un volumen anual de ventas de unos 70 millones de euros.
Transporte eficiente de materiales gracias a la flota de vehículos
industriales eléctricos
Cada día se entregan muchas
tuberías de residuos en Kras. La gama incluye desde embalajes convencionales
como bolsas, bolsas de acolchado o cajas hasta tuberías de varios metros,
bidones de plástico o restos de producción y almacenamiento de la industria.
"Recibimos el material principalmente de las grandes empresas",
explica Marco Kras, director de operaciones de Kras Recycling. "En
nuestras sedes de los Países Bajos y Bélgica disponemos de una superficie de
almacenamiento y producción de unos 50.000 metros cuadrados". Esta empresa
da empleo a más de 100 personas que clasifican el material. A continuación, es
triturado en máquinas especiales para obtener granulados con diferentes tamaños
y se embala en bolsas para su transporte. "No obstante, no solo nos
dedicamos a la producción de materia prima reciclada sino también a la
producción de nuevos productos", explica Kras. "No obstante, esta
tarea no podemos desarrollarla en nuestras instalaciones por lo que encargamos
este proceso a otras empresas. El cliente nos entrega sus residuos y le
devolvemos un producto nuevo. Así creamos un círculo que respeta los recursos y
el medio ambiente".
Para que los artículos se puedan
mover o preclasificar de forma rápida y eficiente en términos energéticos en el
recinto de la empresa y en las naves, Kras Recycling apuesta por una flota de
la marca Linde. 25 de las 32 carretillas elevadoras son de impulsión eléctrica.
Para la carga, la empresa confía en la tecnología de Fronius. "En el
pasado probamos muchas cosas", describe Kras. "Antes de aplicar los
reglamentos en materia de eficiencia energética utilizábamos principalmente
carretillas elevadoras diésel. Sin embargo, resultaban muy ruidosas y por sus
gases de escape no eran precisamente ecológicas. Llevamos diez años trabajando
con vehículos industriales eléctricos y algunos los tenemos en propiedad".
No obstante, los problemas que nos surgen están relacionados con la tecnología
de carga. El consumo de agua ha sido excesivo y ha originado una serie de
costes que son muy elevados ya que para la reacción química necesaria para la
carga de la batería es necesaria una mezcla de agua y ácido. El agua se va
evaporando durante la carga de la batería por lo que es necesaria su reposición
periódica. Finalmente los responsables dieron con la tecnología de carga de
baterías Fronius. "Los equipos funcionan de forma ideal y hemos conseguido
reducir el consumo de agua desde el primer momento, hecho que nos ha encantado
desde el principio", cuenta Kras.
Montaje en un mínimo de espacio
En 2014 Marco Kras cambió en sus
sedes neerlandesas de Volendam, Ámsterdam y Almere la mayor parte de su flota a
vehículos industriales eléctricos. "Gracias a nuestra experiencia
positiva, la tecnología de carga de Fronius ha sido nuestra primera
elección", afirma Kras. Desde entonces, Kras Recycling utiliza los
cargadores tipo Selectiva. El distribuidor neerlandés de Fronius, R & W Batterijen,
se ha encargado del suministro y de la instalación. El gran reto en cuanto al
montaje de la estación de carga han sido las limitadas condiciones de espacio.
"Nuestras capacidades de almacenamiento han llegado prácticamente al
límite", explica Kees Tol, responsable de mantenimiento y suministro de
Kras Recycling. Es por ello que Marco Kras decidió montar los cargadores en una
de las naves de Volendam a una altura de más de dos metros. La construcción
metálica inferior brinda la posibilidad de colocar las baterías durante la
carga en dos niveles, uno encima de otro. "Así conseguimos ahorrar algo de
espacio", resalta Tol. La estación de carga dispone de puertas correderas
y se puede cerrar con llave. "Si un empleado necesita cambiar una batería,
simplemente tiene que abrir una puerta. Por lo demás, las costosas baterías y
cargadores están bien protegidos contra el polvo y la suciedad", explica.
Las pesadas baterías se elevan con ayuda de carretillas elevadoras para
introducirlas en el dispositivo.
El diseño de este tipo de estación
de carga ha sido posible gracias a los cargadores Selectiva de Fronius. No solo
son especialmente pequeños y compactos sino que además disponen de un mecanismo
de marcha y parada externa. "Nuestros empleados pueden enchufar y
desenchufar la batería sin tener que efectuar ajustes de otro tipo. Gracias al
sistema automático de marcha y parada, todo funciona a la perfección",
resalta Tol. Esta funcionalidad opcional evita además con un contacto piloto en
el enchufe de carga que se generen chispas cuando un empleado interrumpe el
proceso de carga por sacar el enchufe antes de tiempo. "De este modo, el
peligro de que se produzca una explosión durante la carga queda prácticamente
excluida", comenta Marc De Cloedt, gerente de cuentas de R & W
Batterijen.
Reducción al mínimo de las sobrecargas gracias al proceso de carga Ri
Los cargadores Selectiva de Fronius
disponen además del proceso de carga Ri. "Se trata del procedimiento más
avanzado que actualmente se oferta en el mercado", resalta Marc De Cloedt.
Los procedimientos de carga convencionales siguen una curva característica fija
por lo que una parte considerable de la energía utilizada se convierte en calor
sin aportar ningún efecto. En este proceso se genera a menudo hidrógeno que
sale de las baterías para unirse al oxígeno del aire ambiente formando gas
detonante. Debido a este gaseado existe riesgo de explosión y supone un
incremento del consumo de agua. No así los equipos Selectiva. "El proceso
de carga Ri está determinado por la edad, la temperatura y el estado de la
batería", explica Marc De Cloedt. "Esta tecnología permite reducir al
mínimo las sobrecargas perjudiciales y también el consumo de agua y
energía". Además, el proceso Ri repercute de forma positiva sobre la vida
útil de las baterías. La batería se calienta menos durante la carga y su
capacidad se conserva intacta durante más tiempo, lo que significa que el
proceso de carga es más suave. Gracias al menor consumo de energía, no solo
disminuyen los costes de funcionamiento sino también las emisiones de CO2.
Las limitadas condiciones de
espacio supusieron también un reto en la sede Almere ubicada a unos 50
kilómetros. "Aquí almacenamos y procesamos plástico duro que por sus
cualidades es rígido y más difícil de manejar ya que no es posible comprimirlo
para su almacenamiento", explica Kras. El propio director de operaciones
desarrolló finalmente una solución eficiente para este problema: "Hemos
encargado un gran contenedor, hemos recortado la parte inferior del lado frontal
y lo hemos colocado en el exterior, en frente de las naves". En el
interior de este contenedor se han alojado los cinco cargadores Selectiva. El
acceso se ha cerrado con franjas de plástico transparentes que ofrecen una
protección óptima y facilitan, al mismo tiempo, un acceso sencillo. Las láminas
no llegan al suelo por lo que se garantiza suficiente ventilación en todo
momento. "Nuestros empleados pueden ajustar las baterías desde el
exterior. Además existe una puerta lateral en el contenedor que permite el
acceso y la conexión de las baterías al cargador". La ventaja adicional es
que, en caso necesario, el contenedor se puede desplazar de forma rápida y
sencilla o incluso complementarse con otro, lo que proporciona una flexibilidad
máxima.
Continúa la apuesta por Fronius
Marco Kras se muestra completamente
satisfecho con la tecnología de carga de Fronius: "Gracias a los equipos
hemos conseguido un claro ahorro en cuanto al consumo de energía, además de
mejorar nuestro balance de CO2 lo que supone un paso importante para
la optimización continua de nuestra eficiencia energética. Además, la
tecnología de carga de Fronius funciona a la perfección. Hasta el momento no se
han producido problemas ni defectos y en todo momento podemos confiar en la
alta disponibilidad de nuestra flota de carretillas elevadoras", resalta.
"Debido al gran incendio sufrido en nuestra sede de Ámsterdam, debemos
volver a construir todo desde el principio, incluida la estación de carga.
Nuestra experiencia con Fronius ha sido tan positiva que volveremos a apostar
por su tecnología de carga".